Por fin llegó el Cierzo.
Ya ha llegado el cierzo. ¿Es bueno o malo? Según para qué. Para aventar perfecto. Para secar los chorizos “cojonudo”, para respirar espectacular. Viene del norte, es decir de arriba. Trae sequedad, frío, otoño. Dicen los abuelos que es un viento que barre todo, que seca el suelo, que arruina las cosechas. Que sabios eran nuestros mayores cuando ponían “abrigaños” para criar las verduras en los huertos. Claro la sabiduría se basa en la experiencia.
¿Y nosotros?, hemos aprendido algo de nuestros antepasados, o seguimos el ritmo que nos marcan los mediocres, y nos hacen bailar al son de no se sabe que. Sin duda, es hora de “templar gaitas”, pasear y esperar el “milagro de la primavera”.
La red se ha convertido en un lugar inhóspito donde el que más “chilla es capador” no el que más silva. Y después que le queda al pueblo, a la masa, a la multitud, a los mismos, recoger los bártulos, replegarnos en los cuarteles de invierno, e intentar frenar el cierzo para no pasar frío. Así es la vida, así pensaban nuestros antepasados, así somos nosotros. Sin duda, nos estamos haciendo viejos, zorros y perversos. La experiencia, sin duda, aflora como la espada de Damocles. La historia se repite constantemente de forma circular. Aún hay algunos que se preguntar ¿para qué sirve esta disciplina? Un saludo.
