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sábado, 25 de abril de 2015





Presentación del libro de Isidro.

-          Escribir un libro es una osadía. Si es de historia el atrevimiento, sin duda,  es muchos mayor, pues a los esfuerzo de investigación, se une el desencanto de que las instituciones no quieres publicar nada. De esto que hablo tengo experiencia. Si alguien tiene una empresa y quiere publica un libro sobre el viñedo en la Ribera,  le hacemos una propaganda a toda página de su negocio.
-          Cuantas veces me dicen “por qué no escribes una historia de Ablitas”. Yo contexto el verano que tú me digas la empiezo a escribir. Eso sí, a condición de que me la publiques o hables, si tienes conocidos en la políticas para que me lo publique. De los ayuntamientos ni hablamos, más de lo mismo.
-          Investigar hoy en día, en este país es una utopía, y no digo ya de historia. Hace poco veíamos en el telediario tres ingenieras gallegas intentando vender un proyecto de un dron a los australianos. Un dron para trasportar órganos para trasplantes.
-          “Qué publique los otros” es la frase que marcó una época en la España del siglo XIX. La España de la Restauración borbónica, del pucherazo, del caciquismo de casino.  Hoy,  lamentablemente, sigue estado  en boga.
-          Por ello, hoy, estamos haciendo aquí, un acto heroico, aparte de histórico, presentar un libro de historia social de Ablitas. Que le ha costado a las  instituciones nada, y seguro que lo podremos ojear muchos días, muchos años. Por la información que aporta es densa. Pero la cultura, no nos engañemos,  no gana elecciones, y no es algo material y tangible, sino algo que forma parte de espíritu.
-          Isidro, ha sido un valiente. Nunca dejaré de reconocérselo, pues investigar sobre tu pueblo sin ninguna atadura, sólo por el mero hecho de conocer nuestro pasado es, sin duda, un reconocimiento a los nuestros. A nuestros antepasados que forjaron la historia cotidiana, la historia mental, económica y social de Ablitas, nuestro pueblo. A mí no me vale decir que me acuerdo mucho de mi pueblo, que mi pueblo es lo más. ¿Y tú que haces por el pueblo? Isidro le ha dedicado una gran investigación que cuesta mucho esfuerzo, y de eso entiendo algo y dinero.
-          La historia no es patrimonio de los historiadores. Es nuestro paisaje cultural, nuestra vida, nuestro pasado, son los nuestros, los que han forjado nuestra existencia. Si los olvidamos, perdemos el sentido del presente y no parece que lo que hacemos es original. Como decía D. Joaquín Costa: “el pueblo que olvida su pasado muere”. Ayer día una charla en Cascante y dije que citando al gran historiador Antonio María Bernal decía que La década de 1840 fue el periodo de los alcaldes y corporaciones con afanes de albañilería y obras públicas”. A que  nos suena.  Es decir que la historia se repite dos veces, una como tragedia y otra como farsa que diría el historiador.

-          Para terminar, sabéis lo que decía el maestro José Álvarez Junco, un buen historiador, citando al gran  pensador francés Jean Bodin: “es prácticamente imposible que quien escribe para agradar diga la verdad sobre un asunto”. Como, en nuestro caso, Isidro no escribe para agradar sino para decir lo que piensa, a través de las fuentes archivísticas, y es lo que más se  acerca a la verdad. Por ello, espero y deseo que la gente lo compre,  y tenga el éxito que se merece. Muchas gracias. Francisco Santos Escribano


jueves, 9 de abril de 2015



La pureza del teatro y el signo visible de la cultura.

Sin duda, no puedo ser objetivo, pues es mi gente. El otro día veía la obra que representaban los alumnos del I.E.S “Valle del Ebro” del maestro Buero Vallejo “Hoy es fiesta”, y pensaba, fríamente, si todavía existían mejores actores que los nuestros. Oí cantar, en el mismo evento, a una estudiante, y me pareció un ángel.  Pero,  sobre todo me gustó mucho la actitud de todos comiéndose el  escenario con solvencia, categoría y clase.  No obstante, no soy ingenuo, y entiendo que hay muchas horas de ensayos, y de repetir las mismas escenas hasta la saciedad.  
Además, observé un montaje en el tablado que se salía de lo común. Allí estaba nuestros alumnos dejándose la piel sin perder el norte, pues, a pesar de su buen hacer, ninguno tiene aires de grandeza, son pura humildad. Me emocioné, y me alegré pensado que algo hemos hecho bien los educadores. Sin duda, la enseñanza, como la vida, se basa en una  lucha constante en busca de la excelencia. La mediocridad la dejamos para  esos programas de televisión donde se grita mucho.
 En mi instituto “Valle del Ebro”, desde hace años, tenemos un teatro, y eso, sin duda,  es vida. Como decía Laurence Olivier: “En una pequeña o gran ciudad o pueblo, un gran teatro es el signo visible de cultura”. En nuestro centro educativo aparte de cultura, es ilusión, ganas de ponerse el mundo por montera, de reivindicarse, y es una muestra de nuestra honestidad. Los chavales magníficos, ponen de manifiesto que en la educación,  con la nueva y vieja pedagogía no vale la retórica hueca, y sí volver a la tradición de representar fragmentos de lo cotidiano, en este caso a Buero Vallejo, y los cincuenta.  Aquellos años duros, de esperanza ciega en el futuro, donde sus dirigentes, pensaban, prepotentemente, que en España empezaba a amanecer.
Por último, una representación no es nada sin su directora, en este caso, Mª José Esteban que se ha dejado la piel por el teatro escolar, y que, sin duda, es el mejor servicio que se puede hacer a la instrucción pública. Como escribía, inteligentemente, aquel escritor brasileño “la vida no está hecha de deseos y sí de los actos de cada uno”.
Francisco Santos Escribano.




Despedida de la clase de 2ªA de bachillerato del IES "Valle del Ebro"

  2ºA. Todo pasa inevitablemente  Sobrevivir a este bachillerato, con las clases a última hora, y sin tener que tomar paracetamol para el do...