Vistas de página en total

sábado, 25 de junio de 2016


Francisco Escribano Zardoya in memoriam.

 Ahora que celebramos el 50 aniversario del IES “Benjamín de Tudela”, es el momento apropiado para reivindicar la figura de Francisco Escribano Zardoya. Natural de Ablitas. Catedrático de filosofía del I.E.S “Benjamín de Tudela”, era mi tío. Una persona culta e inteligente, licenciado en Filosofía y teología por la Universidad de Comillas, y Licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Curso periodismo en la Escuela de Periodismo de la Iglesia en Madrid. Fue dos veces seleccionado para el premio Nadal de novela. Admirador de Dostoievski, pero más cercano a Steinbek y Cholojov a la hora de escribir.
Fue director del Instituto “Benjamín de Tudela” durante la Transición. Vivió con toda su crudeza la ambición por el poder de los que se creían en posesión de la verdad. Aquellos a los que él denominó  “los del síndrome del cambio”. No tuvo tiempo, pues murió en 1984 para ver la mutación ideológica, e incluso como entraban en desgracia política los que le negaron su confianza en el claustro de profesores. Aquellos que defendían el “buenísimo” de unos alumnos que controlados ideológicamente por los más listos, enseñaban sus garras en lo que acabo siendo la “kale borroca” en los 90. Aquellos  vividores que mandaban a hacer irrespirable el ambiente del centro y no entendieron su enseñanza.
Hace años coincidí con uno de los líderes que atacaban a mi tío en Peralta, y le hacía sentadas en los pasillos. Me dio pena como persona, y sufrí muchos como profesor. En definitiva, la historia como decía aquel filósofo, en el precioso libro el 18 de Brumario se repite dos veces, una como tragedia, que fue la vejación a la que sometieron a Francisco Escribano Zardoya, y otra la falsa de los que se han quedado huérfanos de ideología, y están ahora en las antípodas de lo que defendieron entonces. Allá desde el cielo os ha perdonado, seguro.


Francisco Santos Escribano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Paseando por la Navidad. Cuando la Navidad asoma, la patita por debajo de la puerta y llega con sigilo para traernos paz, amor y solidaridad...